La ATM

para abrir la boca, y ruidos articulares o clicks (que son diferentes de los pitos o zumbidos característicos de los acúfenos).

La importancia de estos síntomas son muy variables y pueden oscilar entre unos pequeños ruidos que sólo el paciente nota, hasta un bloqueo casi total que impide abrir la boca más de 1 centímetro.

Aunque los síntoma suelen ser comunes, su orígen puede ser múltiple. De hecho, la ATM, igual que el resto de articulaciones de nuestro organismo puede sufrir todo tipo de enfermedades: malformaciones, tumores benignos, tumores malignos, fracturas, inflamaciones (artritis), degeneraciones (artrosis…).

También es muy frecuente que el paciente tenga algo parecido a una «contractura muscular», que con frecuencia es secundaria al mal hábito de rechinar los dientes (bruxismo).

¿Son frecuentes los problemas de ATM?

Sí. Se calcula que hasta un 30% de la población tienen en un momento u otro de su vida síntomas en la artículación. Este porcentaje aumenta si un profesional examina a los pacientes, detectando signos de malfunción en hasta el 40% de la población.

Dicho de otra manera, un 10% de las personas tienen un problema de ATM del que no son conscientes.

En nuestra consulta es muy frecuente atender a pacientes que presentan problemas funcionales de la articulación temporomandibular (ATM). Este es uno de los mejores ejemplos de lo que debería ser el tratamiento multidiscisplinario de una enfermedad. Un trastorno de alta prevalencia y cuyo manejo precisa de la participación de cirujanos orales y maxilofaciales, odontólogos con experiencia en oclusión, fisioterapeutas, rehabilitadores, ortodoncistas y psiquiatras.

Pero, no es correcto pensar que cualquier dolor en la zona es debido al bruxismo y que el único tratamiento es el uso de una férula. Antes, es imprescindible una correcta exploración clínica y con radiografías.

Un correcto diagnóstico debe descartar la existencia de problemas de los huesos de la zona o del disco que se encuentra dentro de la ATM, y hacer una plan de tratamiento individualizado para cada paciente. Las pruebas que utilizamos suelen incluir la ortopantomografía, la resonancia magnética (que es la única que nos permite detectar el estado y posición del disco articular), o la tomografía computerizada.

¿Cómo se trata?

El tratamiento de la ATM depende del diagnóstico al que lleguemos en cada paciente y aparte de las férulas, incluye infiltraciones, lavados de la articulación, artroscopia, cirugía abierta o incluso podemos recurrir a prótesis de ATM (igual que hacemos en rodilla o cadera).

¿Por qué usamos PRGF?

El PRGF es el plasma rico en factores de crecimiento, una fracción de la sangre del propio paciente y que han demostrado ser útil en la regeneración de lesiones de las articulaciones. Nosotros utilizamos la inyección de PRFC dentro de la ATM para mejorar su funcionamiento: básicamente mejorar la apertura y disminución del dolor percibido. Lo usamos tanto aisladamente, como junto con una artrocentesis y también durante la cirugía abierta de la ATM. Le aconsejamos que ante problemas de la articulación temporomandibular nos pida una segunda opinión antes de empezar el tratamiento. Tras un diagnóstico preciso, estaremos en condiciones de ofrecerle un tratamiento individualizado a su caso, sea sencillo o complejo, en el que podemos intervenir en el mismo centro varios especialistas.